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La ruda, o rue en latín, es «ruta graveolen». Esta pequeña planta es considerada sagrada y protectora. De hecho, según algunos relatos antiguos, bastaba con añadir un ramo de ruda fresca a su baño para contrarrestar los maleficios de los brujos y la enfermedad. Los romanos la llevaban o mascaban ramitas para alejar de sí el mal o el mal de ojo. La ruda siempre se ha utilizado como remedio para curar y aliviar varias enfermedades. En nuestra región, los herbolarios y la medicina popular aconsejan beber «el fijel», en infusión por su poder vermífugo, a las mujeres que sufren ausencia o insuficiencia de reglas, pero con moderación. A menudo se usa en fumigación contra los embrujos, la histeria o la melancolía. En el mundo, muchas poblaciones conocen la ruda y la emplean como remedio porque da excelentes resultados en uso interno y externo. En tisana, se bebe para regular los trastornos digestivos o contra los áscaris. En baño, es soberana contra todo tipo de piojos (cuerpo, cabello o vello) y en enjuague bucal contra las ulceraciones gingivales. Existen digestivos alcohólicos a base de ruda, perfumes para alejar el estrés y purificar la mente. Muchos aún perpetúan ritos antiguos que consisten en plantar ruda frente a sus puertas para bloquear el paso a las malas ondas y a la enfermedad.

USO: Usar como incienso sobre un carbón o bien beber como tisana o añadir en el baño por su poder purificador.