La suave y envolvente ola del sándalo blanco favorece la paz del cuerpo y la mente.
Descubre una tradición milenaria fabricando tus propios inciensos. ¡Reproduce en casa los gestos de fabricación de los inciensos indios!
Este paquete te permite crear hasta 70 conos de incienso o 90 varitas de incienso.
100 g netos
Comercio justo
Consejos de uso
Preparación de la pasta
• 25 g de polvo Sándalo Supremo (x6 c.s. rasas)
• 25 ml de agua
Mezclar progresivamente a mano en un recipiente, para obtener una bola de pasta homogénea.
Para los conos
Preparar un pequeño montón de polvo de acabado (Nurua)
Preformar un cilindro de pasta con extremo cónico. Rodar el extremo en el polvo de madera de acabado.
Presionarlo en una cavidad del molde
Quitar la pasta en exceso.
Voltear el molde lleno y expulsar
los conos de un golpe seco.
Dejar secar los conos 3 a 4 días antes de usar.
Para las varitas
Enrollar una porción de pasta alrededor de la varita de bambú desnuda, dejando unos cm sin cubrir.
Luego rodar la varita cubierta de pasta en el polvo de acabado.
Efectos / ¿Por qué?
Relajante, reconfortante, cálido y sensual. El sándalo calma el cuerpo y la mente. Sus efectos han sido objeto de numerosos estudios que han confirmado esta reputación secular (ondas alfa del cerebro medidas por encefalograma: indican un estado de relajación profunda). Por ello, este incienso es especialmente indicado para favorecer el sueño y el descanso.
Ingredientes
Polvos de madera, resina, aceite esencial de madera de sándalo indio
Incienso 100% natural
El 100% de los ingredientes son de origen natural:
- Origen vegetal: plantas, árboles, de los cuales recolectamos las partes más ricas en aroma por simple acción mecánica (madera, plantas, algas) o por acción del calor (extracción al vapor) o mediante extracción con solventes naturales o de origen natural (agua, etanol).
- Origen mineral: rocas y pigmentos extraídos por medios mecánicos o por acción del calor.
- Origen animal: solo productos obtenidos sin procesos crueles (miel).
- Un ciclo de producción ecológico: respeto a los acuerdos internacionales (Washington, Cites), sitios y modos de producción que aseguran la mínima contaminación posible y en proceso de mejora.
- Respeto a las normativas sobre salud y protección del consumidor: etiquetado CLP, alérgenos. Búsqueda constante de reducción de emisiones de COV y partículas finas.